martes, 27 de octubre de 2015

Psicología y comunicación II

Psicología y Comunicación

La comunicación es el proceso mediante el cual se puede transmitir información de una entidad a otra, alterando el estado de conocimiento de la entidad receptora.
Los procesos de la comunicación son interacciones mediadas por signos entre al menos dos agentes que comparten un mismo repertorio de los signos y tienen unas reglas semióticas comunes.
Tradicionalmente, la comunicación se ha definido como «el intercambio de sentimientos, opiniones, o cualquier otro tipo de información mediante habla, escritura u otro tipo de señales». Todas las formas de comunicación requieren un emisor, un mensaje y un receptor destinado, pero el receptor no necesita estar presente ni consciente del intento comunicativo por parte del emisor para que el acto de comunicación se realice. En el proceso comunicativo, la información es incluida por el emisor en un paquete y canalizada hacia el receptor a través del medio. Una vez recibido, el receptor decodifica el mensaje y proporciona una respuesta.
Consecuencias de la comunicación: es positiva, cuando el receptor de la misma, interpreta exactamente lo que el emisor le envió; esto quiere decir que utilizaron el mismo canal de comunicación y es el objetivo primordial de la misma. Es negativa, cuando el receptor utiliza un canal de comunicación diferente al del emisor, y es muy frecuente que suceda este tipo de comunicación distorsionada, cuando el receptor no está anclado en la misma línea de comunicación.
El funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la comunicación. Ésta consiste en el intercambio de mensajes entre los individuos.
Dijimos que los procesos de la comunicación son interacciones mediadas por signos entre al menos dos agentes que comparten un mismo repertorio de los signos y tienen unas reglas semióticas comunes. Para poder entender un poco más este punto revisaremos el concepto de signo.
El signo: El significante es el que designa algo, mientras que su significado es lo designado. Lacan quiere decir que el pensar está constituido básicamente por significantes que cambian continuamente de significado.
El significado es el concepto que la mente imagina correctamente ante una palabra. El significante es la cadena de sonidos que representa una idea. Parecería ser una relación arbitraria. Ante un significante, un significado. (dibujo de auto –significado – palabra car o auto –significante-). Hay una convención social que nos indica que por ejemplo una casa es una casa y no un perro. Esto nos permite establecer una comunicación efectiva con otros. Así cualquiera de nosotros no podría cambiar un signo arbitrariamente. Debe pasar mucho tiempo para que esto se produzca. En ejemplo son las palabras en otro idioma que se van aceptando, consensuando socialmente (mail, ok).

Problemas de comunicación

Los problemas de comunicación se comienzan a ocasionar cuando estas convenciones sociales son puestas en consideración y por ejemplo un significante no remite a un significado:

Por ejemplo: "un dulce lamentar de dos pastores" pero el interlocutor escucha "un dulce lamen tarde dos pastores". Hay una comunicación fallida: el locutor dice una cosa y el interlocutor dice otra.


El animal y el hombre frente al engaño

Otro tema interesante a pensar es la mentira. Una persona puede engañar a otro como un animal también puede hacerlo. La diferencia entre una persona y un animal es justamente que el animal puede fingir, pero el hombre puede fingir que está fingiendo para engañar a otro. Por ejemplo un animal puede hacerse el muerto (ejemplo) fingiendo estar muerto para que no lo maten. En cambio en el hombre puede fingir estar dormido para que el otro crea que lo está o para que el otro crea que está fingiendo estar dormido. Lo característico de la comunicación humana a diferencia de la animal es que en la comunicación humana existe la posibilidad de que haya un cálculo de un sujeto respecto de otro sujeto capaz de calcular. El hombre puede engañar de esa manera cosa que el animal no puede hacer. Hago que duermo para que el otro piense que estoy dormido o para que el otro piense que me estoy haciendo el dormido. Otro ejemplo es el de los penales. Muchos arqueros señalan un lugar diciendo que se van a tirar ahí, por ejemplo a la derecha. Que piensa el jugador: si me dice que se va a tirar a la derecha se lo pateo a la izquierda y listo. Pero puede estar engañándome, entonces si me dice que se va a tirar a la derecha le pateo el penal a la derecha ya que es lo que el arquero estaría buscando ya que quiere engañarme y me está mintiendo y en realidad el se va a tirar a la izquierda. Pero existe una tercera opción: si me dice que se va a tirar a la derecha es porque quiere que yo crea que me está engañando y que al decirme que se va a tirar a la derecha yo pensaré que en realidad se va a tirar a la izquierda pero no, finalmente se va a tirar a la derecha como el dice. Puede estar diciendo finalmente la verdad para que yo crea que me está engañando y así engañarme efectivamente.

Doble vínculo o doble constreñimiento (Bateson)

Se le conoce como Doble Vínculo o Doble Constreñimiento a la situación comunicativa en la que una persona recibe mensajes diferentes o contradictorios. El término, acuñado por el antropólogo Gregory Bateson, intenta dar cuenta del ataque de esquizofrenia.

La esencia de un doble constreñimiento es el hecho de que hay dos imperativos en conflicto, ninguno de los cuales puede ser ignorado, lo cual deja a la víctima frente a una disyuntiva insoluble, pues cualquiera de las dos demandas que quiera cumplir anula la posibilidad de cumplir con la otra. "Yo debo hacerlo, pero no puedo" es una descripción crítica de una experiencia de doble vínculo: se exige que se resuelva lo que es un problema inevitablemente insoluble.

El mensaje contradictorio puede venir de una o varias personas. Por ejemplo, uno de los padres dando mensajes diferentes, ninguno de los cuales puede ser ignorado, como una madre diciendo una cosa ("¿por qué no puedes mostrarme amor?) y enviando otro mensaje por medios no verbales (alejándose del contacto físico con el niño). Pero hay también situaciones donde varios individuos están envueltos en producir el efecto de doble constreñimiento, por ejemplo un subordinado es asignado con dos tareas diferentes y contradictorias ("dame un café"; "no se supone que tú hagas café, tu tarea es mantenerte ante ese teléfono"), es una situación que presupone dos personas además de la víctima.

Fuente: Wikipedia

Las profecías autocumplidas o autocumplidoras
Las profecías autocumplidas. Aquellas predicciones que, una vez hechas, son las responsables de que sucedan, de que se conviertan en realidad. La historia está llena de ellas. El filósofo K. Popper decía (simplificando mucho) que la profecía del oráculo a Edipo se cumple, precisamente, porque éste la conoce y hace de todo para esquivarla. Es justo lo que hace para esquivarla lo que le acerca al terrible cumplimiento de la predicción.
Las profecías autocumplidas crean una determinada realidad casi como por magia. Y nos envuelve dentro, cayendo en una espiral que suele acabar mal. En palabras de P. Watzlawick, es una magnífica técnica si uno quiere amargarse la vida. Este autor lo narra con sana y fina ironía en su clásico cuento del martillo.

Un hombre quiere colgar un cuadro. El clavo ya lo tiene, pero le falta un martillo. El vecino tiene uno. Así pues, nuestro hombre decide pedir al vecino que le preste el martillo.

Pero le asalta una duda:

¿Qué? ¿Y si no quiere prestármelo?

Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. Quizás tenía prisa. Pero quizás la prisa no era más que un pretexto, y el hombre abriga algo contra mí.

¿Qué puede ser?

Yo no le he hecho nada; algo se habrá metido en la cabeza. Si alguien me pidiese prestada alguna herramienta, yo se la dejaría enseguida.

¿Por qué no ha de hacerlo él también?

¿Cómo puede uno negarse a hacer un favor tan sencillo a otro?

Tipos como éste le amargan a uno la vida. Y luego todavía se imagina que dependo de él. Sólo porque tiene un martillo.

Esto ya es el colmo.

Así nuestro hombre sale precipitado a casa del vecino, toca el timbre, se abre la puerta y, antes de que el vecino tenga tiempo de decir «buenos días», nuestro hombre le grita furioso:

¡Quédese usted con su martillo, so penco!

El efecto es grandioso y la técnica relativamente sencilla.

Extraído del libro de PAUL WATZLAWICK: El arte de amargarse la vida


La importancia de la comunicación en la constitución subjetiva

El aporte de Berger y Luckman
Partimos de la base de considerar al ser humano como un ser social. Este concepto se desprende en primera instancia de la relación de dependencia a la que se ve “sometido” el ser humano desde el nacimiento, debido a su estado de indefensión como consecuencia a lo que se llama nacimiento prematuro o estado de fetalización del bebé. El cachorro humano, a diferencia de otras especies, termina de formar su sistema nervioso fuera del vientre materno. Así observamos que un cachorro canino tiene en poco tiempo desarrolladas todas las capacidades que tiene un canino adulto. Esta desventaja inicial en el hombre en comparación a otras especies animales, luego se transformará en una ventaja distintiva de la especie humana.
Ahora bien, si hablamos de una dependencia a otros en el ser humano en un momento tan importante como los primeros años de vida, estamos en condiciones de afirmar la importancia de la cultura en la vida de un individuo. Consideramos cultura a un conjunto de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social determinado. Esta cultura opera de alguna manera como ordenadora.

El aporte del psicoanálisis (Jacques Lacan)
En su Seminario V, Jacques Lacan identificará tres tiempos del complejo de Edipo. Recordemos la importancia que tiene este complejo en la constitución subjetiva de las personas (remitirse a las Conferencias sobre psicoanálisis de Freud, vistas en el segundo trimestre).
Echaremos un vistazo a esta versión lacaniana del complejo de Edipo:
Primer tiempo: La importancia del Otro (madre) en la comunicación.
Es interesante poder comenzar sobre un término que utiliza Lacan para ubicar el posicionamiento del hijo con respecto a su madre en los comienzos de esta relación. Este término es súbdito que no es otra cosa que el estar sujeto a una autoridad superior. Y es claramente de lo que se trata. En un principio el niño es un súbdito de su madre.
Es una relación en apariencia de a dos. En este tiempo parece que el padre no tiene mucho que hacer. Podríamos ubicarlo como lo pre-edipico.
En esta primera etapa es la madre la que dará significación a cada llanto del niño. Es la madre la que con sus apariciones y ausencias instalará las primeras simbolizaciones. Y el niño en esta posición de súbdito de la que hicimos referencia hace un rato deseará ser todo para esta madre. Y que mejor manera de ser todo que identificándose al objeto del deseo de esta madre. Lacan nos habla de que el deseo es el deseo del Otro. Estamos en este plano. El niño deseará ser él el deseo de esta madre, ser él el objeto de deseo de esta madre.

Segundo tiempo: Primera aparición del padre. La privación.
Luego vendrán los otros dos tiempos, importantísimos también. Durante el segundo tiempo el padre hace su aparición quitando al niño de este lugar donde se había identificado y tan cómodo quedaba. En este segundo tiempo la privación del padre no solo es para el niño sino también para la madre.
Tercer tiempo: Segunda aparición del padre. Posibilitador.
En un tercer tiempo el padre aparecerá como dador, vendría a ser un padre posibilitador, lo que más adelante conocemos con el nombre de ideal del yo. Con una no se puede pero se puede con todas las demás dirá este padre.