El
conflicto
Conflicto
La Real Academia Española da distintas acepciones al término conflicto: Combate,
pelea, lucha.
También:
apuro, situación desgraciada y de difícil solución o esta otra: problema,
cuestión, materia de discusión.
En todos
los casos se refiere a una confrontación, sea ésta física o psicológica; el
origen está siempre relacionado con que las partes involucradas en una
desavenencia quieren lo mismo (y, a veces, al mismo tiempo) y creen que les
corresponde.
Citaremos,
a continuación, algunas definiciones de distintos autores, que nos permitirán
ir acercándonos paulatinamente a nuestro objeto de estudio:
Forsyth, en referencia al conflicto en un grupo, dice “las
acciones o creencias de uno o más miembros del grupo son inaceptables, y por lo
tanto resistidas, por uno o más miembros de otro grupo”
Pruitt y
Rubbin lo plantean
del siguiente modo: “divergencias percibidas de intereses o creencias, que
hace que las aspiraciones corrientes de las partes no puedan ser alcanzadas
simultáneamente”.
Rummel (1976), en su análisis, considera “conflicto
como el choque del poder que se manifiesta en la búsqueda de todas las cosas”.
Sara
Cobb: conflicto es
un fenómeno discursivo, un proceso que involucra la interacción de historias,
una interacción que acaba por ser rotulada como problemática.
Gladys
Álvarez y Elena Highton (1995)
resumen su punto de vista de esta manera: “el conflicto, caracterizado como
divergencia percibida de intereses, surge cuando no parece haber una
alternativa disponible que satisfaga las aspiraciones de ambas partes. Esto
puede ocurrir porque una o ambas partes tienen altas aspiraciones o porque las
alternativas de integración son pocas”.
Edward de
Bono (1986)
califica al conflicto como”un choque de intereses, valores, acciones o
direcciones. El conflicto se refiere a la existencia del mencionado choque.
La
palabra conflicto es aplicable a partir del momento en que el choque ocurre.
Incluso
cuando decimos que existe un conflicto potencial damos por sentado que ya hay
un conflicto de dirección aunque el choque todavía no haya ocurrido”.
Morton
Deutsch: “el conflicto
existe siempre que aparezcan actividades incompatibles y... una acción que es
incompatible con otra impida, obstruya, interfiera y lesione o de alguna forma
haga que ésta última tenga menos posibilidades de ser efectiva”.
Hasta
aquí hemos trascripto algunas definiciones del concepto conflicto, que se basan
en los distintos intentos de encontrar una transformación del mismo que no sea
ejerciendo el poder (por ejemplo, desplegando de alguna manera la fuerza de
cualquier índole) o a través del recurso judicial.
A partir
de estas definiciones, podríamos comenzar a trabajar otra que integre las
diversas orientaciones sobre el concepto que nos ocupa.
Naturaleza y análisis
Comenzaremos
por referirnos al componente denominado Intereses que es aquello que las
personas sienten como deseable y necesario. Los intereses más poderosos son las
necesidades básicas de los seres humanos. Este elemento suele ser central tanto
en el pensamiento como en las acciones de las personas y tiende a conformar el
nudo de sus actitudes, intenciones y objetivos.
Existen
distintas categorías de Intereses, por el momento mencionaremos los:
Universales: seguridad, identidad, etc.
Antes de
que los intereses de las partes sean percibidos como antagónicos, podrían
asumir la forma de aspiraciones u objetivos, dicho de otra manera,
representaciones de lo que las partes desean alcanzar y para lo que se están
esforzando.
Dichas
aspiraciones pueden haberse originado, a su vez, en conductas previas de las
propias partes o de terceros.
Tenemos los conflictos interpersonales y los intrapersonales. Para estos últimos nos vamos a valer de la segunda tópica freudiana (Yo Ello y Superyo) detallada en el libro de Freiría.
Para los conflictos interpersonales tenemos que tener en cuenta la siguiente clasificación.
Existen conflictos interpersonales:
a) Grupales
En esta
categoría, debemos incluir tanto a los conflictos internos en los grupos, como
los que se desarrollan entre distintos grupos enfrentados entre sí.
En la
primera división, por ejemplo, se inscriben las disputas por el liderazgo y
otros roles que se dan en el seno de casi todos los grupos, solo como ejemplo
señalamos desde las desavenencias, hasta las peleas, por el papel que cada
integrante juega en el seno de la familia.
En la
segunda división nos referimos a los antagonismos, que también suelen ser
circunstanciales, como el caso de dos grupos de jóvenes que tienen una disputa
puntual, en un ámbito no habitual para ninguna de las dos partes; suelen no ser
permanentes.
Para que
se desarrolle el conflicto intergrupal es necesario que se experimente “el
sentido de grupo” que los aglutine, que les confiera unión o pertenencia.
Es digno
de destacar que el apoyo del grupo puede traer como consecuencia que sus
integrantes se sientan más confiados acerca de la legitimidad o procedencia de
sus aspiraciones; aumentando, así, las posibilidades de conflicto.
b)
Sociales
Esta
tercera categoría está referida a los enfrentamientos entre sectores
antagónicos, por razones culturales, artísticas, gremiales, deportivas,
políticas, entre otras, que se despliegan en una sociedad.
En
general responden a viejos y fuertes enfrentamientos, por cuestiones de raza,
religión, poder o alguna otra cuestión de alto valor para sus integrantes y que
incluso involucra su identidad.
Suelen
ser permanentes en el tiempo y, por esa razón, afectan la calidad de vida de
los afectados, generando en no pocas ocasiones altos niveles de estrés.
c)
Internacionales
Son
aquellos que se producen entre distintos Estados u organismos de diferentes
nacionalidades.
Los
participantes deben dar cuenta a terceros de sus actos, están regidos por normas
y leyes que constituyen el marco dentro del cual se deben mover.
Los
aspectos culturales juegan un papel preponderante, tanto en el origen como en
el desenvolvimiento y la solución.
Posibles
Causas de conflictos interpersonales
a) Los
bienes:
En
términos generales, los bienes son cosas tangibles o intangibles o derechos de
valor económico: bienes muebles o inmuebles: casas, campos, automóviles,
dinero, acciones, marcas, patentes, etc.
Independientemente
del valor concreto que poseen los bienes suelen también representar valor
simbólico que excede aquella cualidad transable que aparece en la superficie.
Por esa
razón, el poder podría incluirse en esta categoría, ya que quien o quienes lo
detentan pueden emplearlo para alcanzar bienes materiales o inmateriales con
valor de mercado.
b) Los
principios:
Esta
categoría abarca el campo de valores y de principios abstractos, ideologías,
creencias religiosas, parámetros morales, prestigio, cuestiones éticas, etc.
Son aspectos de profunda raigambre, susceptibles de generar disputas muy
profundas.
Hay que
distinguir aquellos conflictos que realmente tienen en juego principios o
valores y por lo tanto son muy difíciles de resolver, de aquellos que aparecen
en una disputa y, en realidad, no lo son.
En el
caso de un verdadero conflicto de valores podríamos encontrarnos con una
situación casi dilemática.
Sin
embargo aunque se tengan valores disímiles, se puede llegar a acuerdos que
satisfagan a todos, sin que nadie tenga que “cambiar” sus convicciones más
intimas, cosa obviamente harto difícil y atentatoria contra la libertad y
dignidad humanas.
En estos
casos, lo que debe primar es el respeto por los valores y creencias del otro.
En
nuestro país, donde convivieron y conviven tantas nacionalidades, culturas y
religiones distintas, es posible que esa convivencia sea pacífica si se respeta
la idiosincrasia de cada uno, sus costumbres, los valores propios de cada
comunidad. Cuando esto no se cumple se desata el conflicto y es difícil
intervenir porque cada parte posee principios distintos.
c) El
territorio:
El
territorio, como sinónimo de espacio físico, figura entre las causas
principales de los conflictos internacionales. El territorio está ligado a la
identidad de un pueblo y es uno de los elementos fundamentales en la
Constitución de una Nación.
El
problema de los límites comprende tanto valores simbólicos en juego, como
ciertos recursos naturales de un país o de una región que pueden resultar
vitales para su subsistencia.
También
se suelen suscitar disputas internas por el territorio; esto se agrava cuando
la división planteada en la geografía política no condice con la división,
física, cultural e histórica.
Del
mismo, modo denominamos disputas territoriales, en un sentido psicológico o
abstracto, a la controversia por los lugares que significan poder o prestigio.
Así como
el territorio, en el sentido físico, está ligado a la identidad colectiva, en
el sentido psicológico o abstracto está vinculado a la identidad personal.
En este
tipo de disputas, muchas veces, el valor en juego es la seguridad, o el
prestigio de uno o de todos los contendientes.
Muchas
veces, cuando aparecen controversias por cuestiones de principios, solicitud de
aumento de las responsabilidades, resistencias burocráticas, en realidad se
enmascaran pretensiones de lograr o aumentar el control sobre el territorio.