El conductismo interviniente
de Tolman
Tolman (1886-1959) anunció en
1922 su conductismo intencionalista.
Podemos asegurar que Tolman se diferencia del radicalismo de Watson y de Skinner. Es conductista metodológico. Otra diferencia fundamental con estos autores es la lectura que hace de la conducta. Tolman habla de la conducta molar a diferencia de la concepción molecular de Watson y Skinner (E-R).
Podemos asegurar que Tolman se diferencia del radicalismo de Watson y de Skinner. Es conductista metodológico. Otra diferencia fundamental con estos autores es la lectura que hace de la conducta. Tolman habla de la conducta molar a diferencia de la concepción molecular de Watson y Skinner (E-R).
La consideración molar tiene en
cuenta unidades de conductas globales, duraderas y significativas. Una
descripción molar de la conducta es una descripción de una conducta general, de
un acto de conducta completa (bailar, caminar, empollar).
Dice Tolman: Un acto de conducta
tiene propiedades distintivas para ser identificado y descripto sin necesidad
de basarse en ningún proceso muscular o glandular que lo sustente”.
La conducta molar es intencional.
La intencionalidad de las conductas está en estrecha relación con su carácter
molar. La conducta es siempre conducta para algo, o sea que surge en función de
las metas y está regulada con fines objetivamente determinables.
La conducta es siempre molar, tiende a, se
dirige hacia o proviene de un objeto meta, que es específico para cada
conducta. El estudio de las unidades molares de la conducta debe considerar la
presencia e intervención de numerosas variable.
A estas variables Tolman las llamará variable
intervinientes porque intervienen. Estas no son observables y deben ser
inducidas a partir de las respuestas dadas. A esta altura ya no queda mucho del
conductismo como el que veníamos viendo.
Estas variables no se pueden
observar directamente ya que serán hechos mentales. Las variables
intervinientes son hechos mentales.
Las variables
En el lenguaje matemático se
considera variable s toda magnitud que puede adoptar diferentes valores. Cuando
dos factores se hallan relacionados se llama variable dependiente a aquella que
adquiere su valor en función del valor que tiene la otra con la que está
relacionada, que se conoce como variable independiente. En nuestro esquema de
E-R, la variable dependiente será la respuesta mientras que la variable
independiente será el estímulo. Para el conductismo el esquema es claro. A
partir de determinado estímulo aparecerá determinada respuesta solo modificable
por condicionamiento. Tolman observa que el organismo respondiente trata de
manera diferente a estímulos semejantes
y de manera similar a estímulos diferentes. No es tan sencillo poder
afirmar entonces que dado un estímulo podré saber cuál será la respuesta y viceversa. Hay algo intermedio entre el
estímulo y la respuesta. El nuevo esquema sería: E – Variable interviniente –
R. La variable interviniente sería una especie de mediación. En el organismo
que recibe el estímulo y emite la respuesta habrá algo que media entre ambos.
Ese algo tendría que ser de carácter psíquico o mental. Las variables mentales
participarían entre el estímulo y la respuesta. Dirá Tolman: “Los seres vivos
no responden solo a estímulos”. Entre estos y las respuestas intervienen otros
factores: creencias, actitudes, esfuerzos por alcanzar metas.
Las variables intervinientes son
aquellas que se agregan o desagregan a la variable independiente (estímulo)
para producir modificaciones en la dependiente.
El análisis psicológico, en el
nivel molar, implica observar los estímulos y las respuestas e inferir, a
partir de las consecuencias observables resultantes, los procesos que también
estuvieron en acción.
Tolman mantiene su rigurosidad
conductista cuando deja en claro que, si bien en un principio las variables
intervinientes podrían parecer consideraciones subjetivas, la objetividad de
las mismas está garantizada por el hecho de que pueden darse definiciones
operacionales y medidas objetivas a través de experimentos de cada una de
ellas.
Tolman habla de tres grandes
conjuntos de variables intervinientes:
1. El
sistema de necesidades
2. El
molde creencia – valor
3. El
espacio de la conducta
El sistema de necesidades refiere
a la situación del sujeto, reforzadora tanto del estímulo como de la respuesta.
El animal satisfecho no responderá con salivación al sonido de la campana. Uno
hambriento tendrá mayor respuesta.
El molde creencia valor es una
configuración de factores de significancia para el sujeto, presentes y
actuantes en él. Las prioridades del sujeto estarán basadas en sus creencias y
valores.
El espacio de la conducta es el
espacio donde tendrán lugar las locomociones (el escenario donde se
desarrollará la conducta), y los objetos que incluye, tal como los percibe el
sujeto. Los objetos presentes en ese espacio poseen valencias positivas y
negativas, ante las cuales el actor se siente atraído o repelido. Así
determinados objetos, según el sujeto, serán objetos a ser buscados u objetos a
ser evitados. Por ejemplo, para una gallina que empolla, su nido lleno de
huevos tiene valencia positiva. Ese nido constituye, dentro de su espacio de
conducta, un objeto para ser buscado.
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